Pastizal


Amarillo, todo era amarillo, el pastizal estaba solo.

 Yo solo seguí a ese niño sonriente, de piel tostada que corrió hacia un jardín que daba a un lugar frondoso donde todo era dorado. El viento se detuvo, el niño ya no estaba solo escuchaba su voz llamándome para que fuera más lejos, pero el miedo me ataco al escuchar el ladrido de un perro y todo dejo de moverse ante mí.

Amarillo, todo es amarillo, en el pastizal hay una niña perdida.

Vuelvo a respira, y con mis piernas cansadas, comienzo de nuevo a correr, el perro me sigue, ladra feroz, quiero volver con mi mamá, pero solo veo ese pasto amarillento, el sol es agobiante, mi camisa blanca esta sudada, mis pantalones del colegio están sucio.

Grito. El perro ya no me persigue, veo la casa, veo a mi mamá.

Estoy feliz en brazos de mamá, ella me protegerá, pero no parece estar feliz, su agarre duele--¿Mamá?—Me ve con ojos furiosos y luego.

Amarillo, todo era amarillo, en el pastizal.

Ese día mi mamá me regaño, por ir más allá del jardín de aquella casa, le dije que un niño me invito a jugar y que yo lo seguí, no fue buena idea, al final me dejo las manos rojas y mis mejillas adoloridas.

El tiempo ha pasado y he vuelto al jardín, el viento sopla suave, los niños juegan cerca de mí y desde lejos lo veo. Ese niño de piel morena sonriéndome, invitándome a que lo siga.

Amarillo, todo es amarillo, en el pastizal. Donde se encuentra una mujer llorando.

En medio del pastizal, los restos de un niño están, junto a este los restos de un perro.

Si, todo es amarillo en el pastizal.



Escrito por: Daniela Moreira.

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