Ambición


El público aplaude eufórico y todo se detiene para mí, sus miradas se clavan en mí y soy consumido por ellas, en un instante los focos se apagan dando inicio al desasosiego, escucho las pisadas de toda esa gente que sube al escenario para reclamarme de manera violenta. Sus manos sujetan mis articulaciones de manera brusca, llegando a romper y dañar. Otras solo tocan de manera suave mi piel, pero todo lo que hacen me martiriza, quiero que pare que me dejen en paz, pero aquí las cosas no funcionan de la manera correcta, solo queda doblegarse ante ellos. Es mejor dejarlos satisfechos así me dejaran por un tiempo. Eso creí, pensé que si lo dejaba hacer lo querían conmigo se cansarían de mi.

Nadie te rescatara, si alguien lo intenta caerá junto a ti en efecto domino, causando una rede daño aún más grande, así que olvidad la opción de la salvación
Al final me desmontan en pedazos, deje de lado mi humanidad y mi volví una máquina para el consumo de otros, ¿En qué momento firme un contrato con el diablo? ¿Cuándo fue que llegue al infierno? No he muerto aun y ya veo a almas en pena.

Mi cuerpo, no es mío, ahora tengo cables que me atraviesan y pasan choques eléctricos que me mantiene activo.

Puedo ver desde la distancia una habitación que se puede clasificar de minimalista, en ella dos hombres hablan mientras apuntan cosas y discuten. Me siento ajeno de todo, solo recuerdo a aquel joven que deseaba dejar una marca en el mundo. Esa marca ha salido demasiada cara. 

Los hombres me vuelven a ver y sonríe complacidos, es hora del show. El telón se abre, el foco ilumina el escenario, de nuevo todo se vuele a mover, la ansiedad se esparce entre el público, desean ver a la estrella, pero hoy no abra actuación. Mi cuerpo vuelve hacer mío, y hago lo que quiero, nadie vera a la estrella subir, porque he escapado, sus manos no me volverán a tocar, y no me volveré asfixiar entre sus regodeos, no quiero ser de su agrado, no quiero ser su objeto de adoración enferma y lasciva.
Error, eso es lo que soy para ellos ahora, un error, una desgracia. Mi existencia fue manchada pero no olvidad, cuando se habla de mí, solo escucho comentarios de pena. Para ellos me he vuelto un pobre diablo, una rata que vive entre la basura, pero prefiero la mugre, que ser monopolizado por energúmenos.

No soy libre de a aquella marca, todavía me acecha, y ahora es peor porque todos me buscan, todos desean salvar a su ángel de las garras de la “mala vida”. Al menos lo intente. Intente ser normal.

Todo ha vuelto a su lugar, yo he vuelto al escenario, no dure mucho en mis días de calma, nunca duran mucho, siempre vuelvo a este trastornado lugar y nadie me salvara, aunque escape y me doblegue, ellos seguirán consumiendo de mí, seguirán persiguiéndome y queriendo más.

Esa es la ambición humana.



Escrito por: Daniela Moreira.

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