Respóndeme.

--Intentaré ser breve, ¿Quiero saber si estás dispuesta andar conmigo el resto de nuestras vidas?—Ore mientras esperaba tu respuesta, tus ojos se desviaron hacia otro lado y tu labios se fruncieron mientras yo sostenía la caja que contenía el anillo de compromiso, mis manos tiemblan y solo deseo saber lo que tanto meditas mientras miras hacia el infinito. No hubo respuesta de tu parte, te fuiste y me dejaste como un idiota en plena plaza con la gente observándome con lastima, pudiste haber dicho algo al menos, pero por lo visto nuestro amor se fugó en algún momento y no me di cuenta hasta hoy, mientras corrías hacia otro hombre, quise gritarle al otro sinvergüenza que me devolviera a la chica que tanto amé, pero mi pecho dolía demasiado y en mi garganta un fuerte nudo se formó dejándome sin el poder de gritar y pedir alguna explicación de tu parte, solo te observe alejarte.

No me pidas disculpas a través de mensajes, esa no es la forma de solucionar las cosas deja de ser tan cobarde mujer, deja de jugar con los sentimientos de los demás, deja de ilusionar a la gente con tus dulces palabras que se asemejan a un señuelo que incita a cualquiera a quererte. ¿Qué insinúas con todo esto?, solo quieres escalar a costa de los demás y aun así seguirás siendo amada y eso me quema por dentro, me llena de celos y me desvelo por las noches, solo por estar pensando en ti, deseando tenerte a mi lado, pero no servirá de nada, el único que terminará herido seré yo, en cambio tú siempre serás la ganadora. Así funcionas, así vives, creo que nadie puede evitar amarte, creo que ya lo dije, pero es inevitable no repetirlo. Caí rendido a tus pies, y nadie me dijo que sería tan difícil olvidarte, pero aun queriéndote, no te perdonaré, así que deja de mandarme mensajes y hazme el trabajo de olvidarte más fácil.

--Mírame a los ojos y dime ¿por qué me dejaste sin respuestas ese día? Han pasado ya 3 años y te vas a casar con el… ¿Por qué él sí y no yo?—Un silencio se formó, mientras ella dejaba la invitación de la boda en mis manos, me miro a los ojos fijamente, soltando un suspiro, ella solo se alejó y dijo desde la distancia—Tú ya deberías saber la respuesta—Y se fue de nuevo, fue un déjà vu, tal cual como la última vez, quede solo, sintiéndome patético ¿acaso podría ser peor? Con frustración apreté y arrugue la carta, no iré a tú boda, solo te burlas de mí. Sigues sin ser clara y eso me frustra, me molesta aún más el hecho de que ya había logrado superarte y apareces tan tranquila ante mí, tendiéndome tu mano en forma de saludo, para solo abrir heridas al ver un anillo de compromiso. No sé a qué te refieres con que se la respuesta, y si la verdad de todo esto, es el hecho, de que él te da una mejor vida que yo, pues eso será lo que tome por respuesta.

Han pasado otros 3 años, y ahora me inclino ante una nueva dama que me ama, y la pregunta vuelve a surgir—¿Te quedaría el resto de tus días conmigo?—Esta vez, si recibí una respuesta, no me quede solo, ahora a la que invito a la boda es a ti, me miras sorprendida, y yo te veo sufriendo al lado de alguien que no te ama. Sientes lo mismo que yo. Ves como él es un diamante en bruto que atrae a la gente a su alrededor y no puedes hacer nada, pero para ti es peor, porque eres su esposa y te interesa ese título, por el dinero y si eso significa sacrificar la felicidad, lo harás por un buen tiempo, lose. Así las cosas funcionan para ti. Nunca te casarías con alguien de clase baja, esa era la respuesta, yo era un simple bastardo y no era de tu mundo, tu familia tampoco me quería cerca. Pero en 6 años las cosas cambian, ahora ves la carta y con melancolía levantas la mirada, tus ojos me dicen una verdad y de tus labios, sale una respuesta demasiado tardía mientras lloras—¿Sabes? mi respuesta era un si…, ese día, quería gritar que si—temblaste un poco y seguiste hablando—El día de mi boda esperé que llegaras y detuvieras todo, pero…no llegaste—Después de eso cierras las puerta de tu casa. No me sorprende, pero nunca fuiste clara, nunca tuviste valentía, si tanto me amabas hubieras dejado todo atrás.

—Un sí que llego demasiado tarde no lo crees—


Escrito por: Daniela Moreira