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Aquel Retrato.

Me despierto en la madrugada, la voces aclaman por que continué con aquel retrato, me susurran que lo termine, me empujan hacia aquel salón lleno de cuadros, lienzos, y borradores hechos trizas, menos uno. Ese cuadro en específico, hacía que temblara y dudara de que yo fuera el creador de semejante obra. Si lo veía fijamente sentía como el retrato cobraba vida, como intentaba salir de aquel caballete, a veces oía un sonido burbujeante proveniente de el, cuando lo tocaba, ardía era como tocar metal caliente. No puedo terminar eso, siento que si lo hago saldrá finalmente y comenzara a perseguirme por toda la casa, hasta acabar conmigo, pero las voces, esa energía imperceptible pero tan densa, es peor que el propio cuadro. Las voces me persiguen, me hablan, me gritan, me aclaman, a que lo termine. Es tan hostigante, ni porque me vaya lejos de casa, o me lance a un lago congelado, las voces no se callan, no me dejan. Ellas solo quieren que termine de hacer ese cuadro. Y hoy será el ...

Reunión Familiar

 Una reunión familiar está por iniciar; tres mujeres reunidas están esperando el inicio de una conversación que traerá más desgracia que bien. Las invitadas a esta controversial reunión son: La madre; una mujer sin pelos en la lengua, la hija mayor; una resentida social, la menor; una cobarde sin remedio. Este trío está roto, tan roto como aquel retrato familiar que se encuentra tirado y hecho trizas en alguna parte de la habitación de una casa vacía y sin vida. La reunión se da en un lugar alejado y desconocido para las tres mujeres. El lugar es frío, poca luz entra por las ventanas. Los pasos suenan en la sala, hasta que alguien prende una luz que solo ilumina el centro, donde se encuentra una mesa con 6 dagas, una respiración  agitada rompe el silencio en el cuarto y las pisadas vuelven a resonar. Dos mujeres salen de las sombras y son iluminadas. Las dos voltean a la izquierda viendo como una tercera sale de las sombras bastante incómoda. Esta es seguida por las miradas d...

Reflejos

Los espejos estaban en todas partes, mostrándome lo desagradable que era a la vista. Siempre fui un hombre hermoso, pero hasta hoy no había notado lo desagradable que era como persona y eso distorsionaba mi imagen en este laberinto de espejos infinitos. No quería seguir frente a mí, era tan ufano y hasta ahora me doy cuenta. Mi cuerpo desnudo, comenzaba a tambalearse y de apoco en la sala comenzó a subir la temperatura. Una luz blanca comenzó a resplandecer entre la abertura de uno de los espejos, mis ojos se aguaron y mi frente se ciñó al ver algo tan deslumbrante. Con fuerza derribe el espejo dejándome cegado. Solo había luz. Camine aturdido, hasta que se escuchó una puerta cerrándose. Me inundaron aplausos y vitoreos.  La sala se hunde en la oscuridad al cerrarse la puerta, los espejos se comienzan a mover mientras luces de colores cambia intermitentes. Un zumbido se escucha en toda la sala y todo tiembla. Una compuerta se abre y entra una mujer sin nada de ropa. Todo movim...

Aromas

Despertar por las mañanas con el olor de café recién hecho fue algo de lo que me acostumbre desde pequeño, mi mamá hace café todos los días y bebía en una taza de rayas de colores opacos que contrastaba con la luz que pasa por la ventana, de aquella cocina de tonos chocolates y blancos. Ella siempre estaba amargada, en su cara pocas veces surcaba una sonrisa, unas de esas pocas sonrisas apareció un día por la mañana mientras la veía beber café, ella noto mi fijación a ella. Dejó su taza; fue a la cafetera y me sirvió un poco de café, lo dejo al lado de mi desayuno a medio terminar y me dijo—prueba—yo hice caso y bebí de la taza. Mi lengua se quemó y el sabor amargo del café sin azúcar provocó una mueca de desagrado y mi madre sonrió para luego reírse y pasar su mano en mi cabello, recogió la taza de café y busco azúcar y puso dos cucharadas, me volvió a dar la taza y habló de nuevo- Así es la vida, amarga como el café, pero si buscas un ingrediente que lo suavice, será un poco dulc...

Sin Fin

Parálisis en el momento menos indicado, brujas danzan si cesar mientras tanto un demonio sonreí perspicaz, acorralada estoy y soy la cena de dos invitados sin decencia. Sus miradas, sus expresiones aclaman por mi, siento que voy a desfallecer de la aprensión que me caló como el fuego. Lo vulgar se sedimenta y se avecina el dolor en la redada de la inconsciencia. Daga empuñada en una pezuña de cabra, abre camino en mis entrañas al son de cánticos llenos de blasfemias. Mías eran mis manos, ahora son del mundo infame y con ellas han de proceder a descuartizar mi cuerpo que ha sido mancillado por dos bestias voraces. Haces y deshaces. Coses y cortas. Compras y vendes en partes mi cuerpo, porque pontificada soy para los herejes. Soy el componente de la salvación de los caídos. Ojos vacíos que juzgan, almas en vicios que no piensan dejar su suministro a la felicidad, yo soy parte de ustedes y me deben pleitesía por mi sufrimiento. Es hora de mi surgimiento, todo se condensa y se detiene. ...

Off

Una mujer fornida e intimidante de buen corazón y alma, pero solitaria ve la televisión. Una televisión sin nada que ver, pero ella insiste, con que algún canal se debe de ver. Aprieta el botón del mandó, buscando, hurgando entre canales inexistentes. Esta molesta no entiende por que el aparato no muestra los canales y en un arranque de ansiedad comienza ha cambiar de manera descontrolada los canales. Varias veces sus dos hijos le han dicho que es un problema de una antena, que ellos la van a mandar arreglar, pero la señora es terca y no acepta el verdadero problema.  Y ahí esta en su bucle, prende la televisión , la ve, se pone a cambiar canales, se desesperar y al final la apaga con enojo, para luego quejarse. El verdadero problema de esta situación es la soledad, el vacío de que todo se va y no es igual. Pobre señora que busca la felicidad en aquel artilugio, dependiendo de manera enferma de algo que carece de sentimientos. Ell...

Entre la nieve

 Labios morados, cuerpo tembloroso, esa era la imagen de una mujer que espera la muerte entre un tranquilo paisaje donde el viento frío del norte trae consigo nieve que se amontona de a poco sobre ella. No muy lejos de aquella escena un pequeño husky siberiano de pelaje negro, da pequeños sollozos no sabe que hacer con su dueña y tiene hambre.  Ha pasado más de 24 horas desde que salieron a cazar, para poder comer y llevar algo a su hogar. Habían salido en pleno amanecer sin saber que una fuerte tormenta se avecinaba. La caza se prolongó, no se conseguía ningún animal en la zona. Cerca del ocaso inicio la tormenta y con todas su fuerzas la chica intentó llegar a una estructura anticuada, construida en una época no muy lejana de la actual.   Su cuerpo se comenzó a entumecer, su piel se quemaba y se ponía rojiza. Estaba tan cerca de aquella construcción, pero su cuerpo cansado no aguantaría ni un movimiento más, siendo así el fin de su tortuosa aventura....